La obra de Daniel Besoytaorube se nutre en temas subjetivos. Sus piezas “enganchan” la mirada –intrigan– retienen alusiones (tanta simplicidad produce familiar extrañeza).
Sobre fondos gris pizarra y en tenues matices imprime “signos y escritura” que narran serena historia. Perverso en la modestia parece indicar que su obra es “simple y nada intelectual”. El pintor es más un “Sensible escriba” que “edificador de imágenes” (objetos y paisajes desvaídos juegan apertura de sensaciones – cuadros de excelente factura y refinado color). Besoytaorube –espíritu tranquilo– cumple con su misión de artista: el reencuentro con la energía y el misterio.
Pablo Menicucci